La renta no es un impuesto. Es el pago por el uso de una ubicación, determinado por el regateo del mercado, y no hace ninguna diferencia para el usuario de la tierra si éste paga el alquiler a los padres de la ciudad o a un particular.
– Frank Chodorov (1887- 1966)
Imagínese a un hombre que trabaja muy duro y hace contribuciones valiosas en su trabajo todos los días. Al final de cada mes, justo cuando está a punto de recibir el pago por parte de su empleador, en reconocimiento del valor que él creó, se niega a recibir su cheque de pago y le dice a su empleador que, de hecho, se ha pasado varias horas al final de cada día de trabajo pidiendo dinero en la calle. Esto, dice, es la forma en la que prefiere ganar un ingreso. Por extraño que pudiésemos considerar el comportamiento de este hombre, él estaría actuando solo al igual que los gobiernos municipales de todo el mundo actuan en la actualidad. Los gobiernos municipales proporcionan servicios indispensables a los residentes y viajeros -las personas que los mantienen empeados- sin embargo, son compensados inadecuadamente por sus servicios, y de maneras que, en gran medida, no tienen relación con el valor que crean a través de los servicios que prestan.
Cada vez que una ciudad ofrece mejores servicios, tales como el aumento de la protección policial o la mejora del transporte público, el valor de la tierra en las áreas que están positivamente afectados por la presen-
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cia de estos servicios adicionales por lo general aumenta, a menudo significativamente. (68) Los propietarios son capaces de meterse en el bolsillo las ganancias de este incremento del valor de la propiedad -causadas por estos servicios de valor añadido-, mientras que las ciudades luchan por encontrar fuentes de ingresos suficientes para cubrir los gastos de esos servicios. Los gobiernos municipales tienden a reclamar sólo pequeñas porciones de los valores que sus servicios generan a los dueños de propiedades; por lo general intentan esto aplicando un impuesto a la propiedad (IBI). Mientras que los impuestos de propiedad capturan algo del valor que los servicios que la ciudad provee -aunque sólo en pequeña medida- también contienen impuestos sobre el valor del edificio y por lo tanto penalizan tanto a los propietarios de viviendas existentes así como a los promotores inmobiliarios comerciales por igual. Un impuesto a la propiedad, por lo tanto, es un cajón de sastre. Los especuladores de tierras, promotores inmobiliarios y rentistas (los que viven de rentas de la propiedad o inversiones), muchos de los cuales hacen dinero sin el suministro a la sociedad de bienes o servicios de valor correspondiente, a menudo ejercen un poder considerable en los ayuntamientos y tienden a oponerse a las contribuciones de tierras comunitarias, por lo que las ciudades tienen por lo general difícil el abolir el impuesto a la propiedad en favor de las contribuciones puras de tierras comunitarias.
En un intento por reducir la brecha entre el impuesto a la propiedad y las contribuciones de tierras, algunas ciudades de pensamiento avanzadp en Estados Unidos y otras partes del mundo ya tienen instituido un impuesto a la propiedad de dos niveles, también conocida como tasa dividida del impuesto a la propiedad: Primero separan el valor de las mejoras de un establecimiento del valor de la tierra subyacente de una propiedad, a continuación, se aplica un tipo de gravamen sobre el valor de las mejoras y otro para el valor de la tierra subyacente. Luego, con el paso del tiempo
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tiempo, disminuyen gradualmente la tasa del impuesto sobre el valor de las mejoras y aumentan la tasa sobre el valor de la tierra. Esta proceso permite a los propietarios y promotores inmobiliarios comerciales experimentar una transición gradual hacia un sistema en el que se pagan cada vez más por los beneficios que reciben a través del uso exclusivo de la tierra. Esta transición crea incentivos económicos saludables para los propietarios y promotores inmobiliarios en la escala temporal.
MEDIA 12- 1: CÓMO LAS CIUDADES DE PENNSYLVANIA ADOPTARON EL IMPUESTO SOBRE LA PROPIEDAD DE DOS NIVELES
De Rick Rybeck y Walt Rybeck, publicado en Public Management Magazine, Agosto de 2012, vol. 94, no. 4.
http://unitism.co/splitratetax
El impuesto a la propiedad es una de las aproximaciones más cercanas que tenemos hoy en día a las contribuciones de tierras comunitarias. Por esta razón, las tasas de impuestos a la propiedad y las tasas asequibilidad de vivienda- es decir, las tasas de asequibilidad de la tierra se correlacionan inversamente: Cuanto menor sea el impuesto a la propiedad, más cara, de media, la propiedad. (69) Cuando los propietarios pagan menos impuestos a la propiedad, terminan pagando menos dinero a la sociedad por el uso de la tierra. El problema, sin embargo, es que, dado que los bajos impuestos a la propiedad tienden a aumentar el precio de venta de la tierra, irónicamente, los propietarios generalmente terminan pagando más dinero por la tierra -no a la sociedad-, sino a otros terratenientes y a las instituciones financieras que financian la compra de la propiedad.
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Los estragos que causan en la sociedad los impuestos de propiedad más bajos se han demostrado claramente en el estado de California: En 1978 los votantes de California aprobaron la Proposición 13 por voto popular, lo que limitaba los impuestos a la propiedad a sólo el 1 por ciento del valor total de la casa. La proposición 13 también revalorizaba artificialmente la base imponible del impuesto a la propiedad a niveles de 1975 y establecía que la base tasada, a diferencia de la base de impuesto a la propiedad real, no podría aumentar en más del 2 por ciento por año. Por otra parte, la Proposición 13 ordenaba que la base del impuesto a la propiedad no se evaluase anualmente, sino sólo en la nueva construcción o en el cambio de dueño de la propiedad. La intención general de la legislación era minimizar a largo plazo la exposición fiscal de los propietarios de viviendas, manteniendo bajas las tasas de impuestos a la propiedad, así como los valores de tasación de propiedades artificialmente bajos; en este sentido, la Proposición 13 tuvo un gran éxito. Desafortunadamente, como efecto secundario predecible, los precios del suelo en California se han disparado porque la tierra se convirtió en un mecanismo primordial por el cual los dueños de propiedades -y las instituciones financieras que especulan con hipotecas- fueron capaces de drenar la riqueza social.
MEDIA 12- 2: PASAJEROS GRATIS EN EL TRANSPORTE PUBLICO
La construcción de la línea Jubilee ilustra cómo los esfuerzos públicos de infraestructura benefician a los dueños de propiedades y qué se puede hacer al respecto. Este es un extracto del documental “Real Estate 4 Ransom”, que describe cómo se ha esculpido la economía para permitir que enormes fugas de riqueza fluyan a los bolsillos de unos pocos afortunados.
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